Fuente: Haaretz (30-09-2020)
La suave alma de los soldados de las FDI están a punto de ser corrompidas: han sido envidos a dispersar una manifestación y a permanecer junto a los agentes de policía en los controles de carreteras. En el puesto de control de Jerusalén, un manifestante ya ha insultado a un paracaidista; ¿A dónde llevará esta vergüenza?
En respuesta, el Jefe de Estado Mayor Aviv Kochavi, quien es meticuloso en preservar la pureza de sus soldados, les ordenó regresar a sus bases de inmediato.
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