Fuente: Página 12 (29-11-2020)
La tarde del 25 de noviembre de 2020 será recordada como aquella en la que la vida rutinaria de los argentinos y las argentinas quedó suspendida de golpe: un hecho excepcional, la muerte de Diego Armando Maradona, ocupó todos los espacios y todas las conversaciones. El tiempo, eso que nunca se detiene, había sido interceptado por una noticia definitiva: Diego había perdido su última batalla. El incansable trajinar del ídolo, desde Villa Fiorito hasta las grandes capitales globales, había llegado a su fin. Una biografía legendaria concluía y su rebeldía permanente pasaba a integrar, para siempre, la memoria mítica de la Argentina. En el día después, en el centro de la ciudad, una procesión popular de miles y miles de personas protagonizaban un funeral multitudinario.
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