Fuente: actualidad.rt.com (3-04-2020)
El sistema económico mundial colapsó, hace una década, víctima de su propia voracidad, de la concentración salvaje del capital y la demolición del aparato estatal. Podría haber sido un punto de inflexión, la oportunidad de levantar un nuevo edificio de las ruinas de un sistema que ya provocó la mayoría de los desastres del siglo XX. Sin embargo, la Unión Europea, como el resto de Occidente, entregado al neoliberalismo, ese virus resiliente y letal como ningún otro que se haya conocido en la historia, prefirió apostar por la austeridad pública.
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